Históricamente la Champions League, nos ha hecho vivir momentos inolvidables, sensaciones indescriptibles, situaciones que simplemente ocurren y que quedan plasmadas en el extenso lienzo de la posteridad.
Sin duda alguna, hoy, para el llamado “Rey de Europa” no fue una eliminatoria más, ni mucho menos un simple trámite, ha sido una ronda de cuartos de final que será recordada a través de los años, el drama, desconcierto y la apoteósica emoción que nos han dado tanto el Real Madrid C.F, como el Chelsea no hace más que deleitar a todos y cada uno de los que amamos este maravilloso deporte.
Dos partidos, dos sensaciones distintas
Perfección, eso fue el partido de ida para el Real Madrid, y es que el equipo “merengue” le dio una lección de fútbol a Tomas Tuchel y sus dirigidos, pero sobre todo de la mano de un zorro viejo del futbol como Carlo Ancelotti, alineando a Federico Valverde cómo extremo derecho, movida que se había visto en otros partidos de la temporada pero con un fin totalmente distinto.
El partido de “pajarito” Valverde fue uno para enmarcar y dar un ejemplo de lo que realmente es la garra charrúa, Valverde fue un dolor de cabeza para el Chelsea en la banda derecha durante todo el partido, apoyando a Carvajal en la marca, ahogando las salidas de Cesar Azpilicueta y sobre todo ayudando a balancear al equipo en la mitad de la cancha, sin duda Valverde fue un as que Ancelotti tenía bajo la manga para desconcertar al rival.
Todo esto, secundado por el que me atrevo a decir que es no solo el mejor delantero del mundo, sino que además es el mejor jugador del mundo a día de hoy, Karim Benzema quien tuvo otra noche magistral, anotando 3 goles para darle la victoria al conjunto blanco.
Sin embargo, el Chelsea no bajaría los brazos, y demostró al mundo por qué es el vigente campeón de la Champions League, no se rindió y fue al Santiago Bernabéu a remontar un complicado 3-1, la tarea era ardua, pero un gol a los 15 minutos de Mason Mount dejaba entrever que conjunto londinense no había ido a especular. Mientras que un taciturno Real Madrid solo intentaba contener los incesantes embates del Chelsea hasta el fin de la primera mitad.
La balanza ahora estaba inclinada hacia otra dirección y todo Madrid veía como el partido pasaba a ser dominado por los “blues”, del partido de ida solo quedaba un lejano recuerdo.
Un Chelsea agigantado ante el Real Madrid que deambulaba por el campo sin saber lo que se le avecinaba y es que apenas a seis minutos del inicio del a segunda parte Antonio Rudiger anotaba el 2-0 para empatar la serie (3-3), y posteriormente Timo Werner con gol a puro drible lograba darle vuelta a la eliminatoria a quince minutos para finalizar el encuentro, mientras que el equipo “merengue” yacía aturdido y entre las cuerdas.
Rendirse no es una opción
Todo parecía definido, al Real Madrid se le venía la noche, un partido decepcionante, una humillación en casa y una posible eliminación en su competición favorita, pero cuando parece imposible el Madrid siempre da algo más, una muestra de ello es la brillante asistencia del Luka Modric para asistir a Rodrygo Goes y empatar agónicamente la serie (4-4) a falta de diez minutos, sin menospreciar la muestra de pundonor que demostró la defensa del Madrid, quedándose en el final del partido sin uno de sus centrales, debido a la lesión de Nacho, con un Carvajal jugando como central y con Lucas Vásquez jugando de lateral derecho, los dirigidos por Ancelotti seguían adelante a una prórroga de infarto.
Un fénix en Madrid
Con el principio de la prórroga nada estaba escrito, la incertidumbre se posaba en ambos equipos por un lado un Real Madrid a puro corazón y por el otro un Chelsea que había hecho todos los méritos para eliminar al equipo “blanco”.
Sin embargo en el tiempo extra fue otro partido, el conjunto londinense se quedaba sin piernas ante un Madrid acompañado por un estruendoso Santiago Bernabeu, y el que estos partidos el Real Madrid sabe cómo sacarlos a flote, sin futbol pero con garra, sin ideas pero con lucha y sobre todo con el alma de un campeón, así sería hasta el minuto 96 de la prórroga, cuando Camavinga aprovechaba un desajuste del Chelsea para habilitar a Vinicius quien un gran centro asistía a Karim Benzema para marcar y definir el encuentro y la eliminatoria.
El Madrid resucitaba de sus cenizas, un partido en el que no tuvo ideas, mal en lo táctico y en lo colectivo, un partido que merecía perder y ser eliminado de la Champions League, pero el Real Madrid emergió como el ave fénix cuando todo estaba decidido, porque cuando los débiles se rinden, “los merengues” luchan hasta el final, solo queda ver que deparará a los dirigidos por Carlos Ancelotti en las semifinales, aunque lo que queda claro que contra el Madrid nada está claro.